Particularmente movilizante por variados motivos, pero uno en especial. Sin embargo, no es sólo la historia de las decisiones de un padre, ni apela sólo a tirar de ese hilo conductor para estrujarte las emociones. Te deja pensando, dudando, juzgando, y sonriendo también. Es un viaje cansador, el de Marco, como el que todos emprendemos. Porque vivir es una decisión, mucho más difícil de tomar que su directa opuesta. "Cuando uno no se muere, está obligado a seguir viviendo". Gracias Fefu por insistir :)