Letras y Bucles

Tanto esta parte como la anterior, se constituyen fácilmente en una única unidad, difícil de separar o de calificar como "primera parte" y "continuación". Lo más destacable de ambos libros, y que cobra mayor valor a medida que se avanza en la historia, es la enorme capacidad de su autora para tejer una gigantesca telaraña de personajes, vínculos, sucesos y relaciones, sin terminar toda anudada y pegajosa. Es un perfecto mapa con caminos, rutas, avenidas, senderos, que unen ciudades, pueblos, puñados de casas y personas solitarias sin que en ningún momento ninguna de esas líneas se confunda con otra.
Al principio sí cuesta entender a dónde es que apunta Taylor Donovan con tanta multiplicidad de nombres que danzan capítulo a capítulo, pero de alguna forma te deja en cada paso indicios subrepticios de su propósito, como pidiéndote de que le tengas paciencia, que todo va a cerrar. Y lo hace con mucha habilidad, sin dejar de lado la trama policial que le sirve de sustento. Y sin tampoco apurarla, ni dotando a sus personajes de una especie de mágica habilidad para cazar a un terrible asesino. En la vida que nos toca atravesar, muchas veces aún el mas talentoso investigador no puede con un nefasto asesino.
Como en casi toda obra literaria, hay momentos más altos, y otros más bajos, personajes que cuelan más o menos en uno, pero en definitiva es un pequeño placer que se va cocinando muy lentamente; y su autora no lo apura sino que lo deja tomar forma en el lector con sumo cuidado. Y hay algo que siempre valoro de un autor, y es que no nos den todas las respuestas, que no nos cierren su libro como un paquete de regalo, sino que dejen puertas abiertas, sobre todo cuando no implican indicios de una posible secuela, sino simplemente la generosidad de dejarle libre la imaginación a su lector. Pero igual, Taylor, espero con las uñas clavas en la mesa la historia de Logan <3